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Este artículo corresponde al mensaje enviado el 4 de febrero por Sákyong Mipham Rimpoche a la comunidad global

A la comunidad Shambhala:

Ahora que me preparo para viajar y estar de retiro durante los próximos meses, quería aprovechar la oportunidad facilitada por la publicación del informe de Wickwire Holm para ponerme por fin en contacto directo con todos ustedes, cosa que he querido hacer durante muchos meses.

Los meses pasados han resultado un período muy difícil para mí, mi familia y sé que para muchos de ustedes. A pesar de estas dificultades ha sido un período lleno de pensamientos, emociones y percepciones. He tenido ocasión de estar con mi familia, practicar y auto-reflexionar en profundidad.

Han surgido muchas cosas a través de esta reflexión y hay aún muchas que siguen sin resolver. Hoy me gustaría compartir algunas reflexiones y sentimientos con ustedes.

Al reflexionar sobre mis dos declaraciones anteriores, me doy cuenta de que no expresan plenamente mi experiencia ni sentimientos. Los escribí en una etapa en la que que estaba muy presionado. Recibí muchas opiniones enfrentadas sobre lo que debería decir. Parecía casi imposible articular mis sentimientos abiertamente sin que se sacaran fuera de contexto. Me gustaría que esta carta fuera la primera de una serie de comunicaciones constantes con ustedes sobre mi auténtica experiencia, sentimientos y lo que estoy aprendiendo.

He leído y escuchado las historias de las mujeres que han compartido públicamente sus experiencias sobre lo que mis actos les provocaron. He reflexionado profundamente sobre la manera de afrontar estas situaciones y mis relaciones pasadas, y estoy siendo consciente del daño que mi comportamiento ha supuesto para los demás. Está claro que tengo mucho que reflexionar, pensar y aprender. Afrontar y pedir perdón por estas situaciones tiene que producirse a nivel personal. He comenzado este proceso y pretendo hacer todos los esfuerzo para continuarlo.

He pasado los últimos siete meses escuchando muchas voces que expresan preocupación, apoyo, ira y amor. He leído todas las cartas que me han enviado. Las conversaciones con personas individuales y grupos me han dado ocasión de escuchar sólo y oír de primera mano lo que tienen en la mente y el corazón. He mantenido, y tengo pensado continuar, conversaciones constantes con distintos grupos de mujeres y con el Consejo de personas de color.

También he mantenido conversaciones con algunas mujeres con las que tuve relaciones en el pasado. Hemos invertido tiempo juntos para compartir y expresar cómo nos sentimos, y hablar de las dificultades que estamos atravesando. Agradezco tener la ocasión de dialogar de esta manera.

Todas estas conversaciones me han dado la posibilidad de escuchar y aprender. Y lo más importante es que estoy comenzando a comprender cómo la dinámica de poder entre mis estudiantes y yo mismo, como maestro, pudo causar dolor y confusión en ciertas situaciones.

Me doy cuenta de que es fundamental que examinemos, personal y colectivamente, de qué maneras nos hemos tratado mal unos a otros. Personalmente mi proceso de auto-reflexión y aprendizaje acaba de comenzar.

Estoy en una relación con ustedes, la comunidad. Considero que, para avanzar en cualquier relación, tiene que haber un intercambio en el que las dos personas expresen lo que sienten, auto-reflexionen y hallen un lugar de encuentro a partir de este intercambio.

Me parece importante que examinen sus propias razones para formar parte de esta comunidad. Si les parece que este trabajo les resulta significativo, entonces les invito a navegar conmigo, y juntos, nuestro futuro.

Shambhala está estableciendo las medidas necesarias para que la comunidad encuentre su voz, para crecer y cambiar. Apoyo plenamente este proceso y considero que tiene que funcionar a la vez la experiencia espiritual y mundana. Esta senda es importante y, en última instancia, nos permitirá reconstruir una comunidad más fuerte y más amable.

En estos tiempos que se acercan espero que podamos empezar a aclarar quiénes somos, tanto individual como colectivamente, en vez de apresurarnos a resolver nuestros problemas y recolocar todo de nuevo. Sin este nivel básico de claridad no podemos ayudarnos ni ayudar a los demás. A partir de ahí podemos decidir si queremos mantener esta relación. Este proceso es sano, necesario y, en última instancia, aportará claridad.

Cada cual tiene que encontrar su propia senda. Yo también. Espero que esto pueda ser un comienzo nuevo y estoy deseando el futuro.

Con amor,

Sákyong Mipham Rimpoché